Cuando uno se enfrenta a la titánica tarea de contar “La Historia” de algo verdaderamente complejo y extenso como es el rock (sea de un país, un continente o pensado como fenómeno de masas) tiene dos opciones: hacer un relato con todos los eventos, músicos y discos importantes que existieron, como una sucesión de hechos más o menos relacionados entre sí o proponer algunos hitos, analizarlos, desglosarlos y a partir de ellos armar su propio recorrido. Por suerte, Gustavo Álvarez Núñez (músico, poeta y editor) eligió este camino. Y aquí el término hito que propongo no es casual, porque hito también es el mojón, la piedra que sirve para delimitar terrenos y fronteras; y los hitos elegidos por GAN (siglas del autor), nos marcan ese camino farragoso y lleno de nombres propios que es el rock argentino.
Si de nombres hablamos, aquí vamos a encontrar muchos. Están, por ejemplo, los indiscutibles: Charly García, Luis Alberto Spinetta y Gustavo Cerati. Pero el libro también contempla a otros músicos que no fueron tan valorados por el mainstrem, como Litto Nebbia, autor fundamental para los inicios del rock, que luego tomó -adrede- un camino incómodo y poco hitero. Nebbia, el rupturista, siempre fue "respetado, pero no del todo reconocido" como bien señala el autor. Y acá es analizado desde un ángulo diferente, con valiosos fundamentos a lo largo de las páginas para demostrar que bien merece su reivindicación. Pero Álvarez Núñez también aporta a esta historia nombres que la inmensa mayoría desconocíamos, como el pop de la democracia del ’83 de Nylon (a googlear se ha dicho) o el dúo Estupendo que hace 25 años hace música para un puñado de afortunados seguidores. La lista de músicos es muy extensa. Lo que sí, se le nota cuando habla de aquellos que son de su gusto, o los que suman valor a lo largo de su carrera: Virus, los Babasónicos o el Gurú Daniel Melero, entre otros. Y está bien, porque acá no se trata de ser objetivo.
Es importante rescatar que, de cada uno de ellos, solo toma retazos de su carrera, una anécdota, un detalle, una frase en una nota periodística. Y a partir de allí analiza y arma el camino de su relato (aquel de los hitos). GAN es hábil para enfrentar a los músicos, pero también para unir posturas e ideas entre ellos, aunque su música pueda sonar muy distinta. Hablamos de definiciones, posturas, ideología. Porque en el rock argentino hubo muchas internas (demasiado Ego, diría García) pero también hubo anécdotas y actitudes que marcaron a determinadas bandas o solistas que necesitaban ser contadas.
Interesante también es el papel que le da a la prensa especializada del rock. El autor nos muestra, por ejemplo, cómo las revistas más vendidas de distintas épocas ayudaban a hegemonizar el rock; en entrevistas, editoriales o críticas de discos que salían había una tendencia a demonizar lo nuevo, en vez de intentar comprender ritmos y sonidos que irrumpían en los escenarios. Lo nuevo contra lo viejo es fundamental en la historia del rock y el pop. Las nuevas generaciones siempre vienen a romper con lo
establecido, o al menos lo intentan. Desde el "espero morir antes de llegar a viejo" de los Who hasta el citado "porque a mi generación no le importa tu opinión" del debut de los Babasónicos. Es cíclico, y aquí queda plasmado de manera muy clara.
El libro se lee con placer, da gusto cómo GAN hilvana su discurso haciendo uso de un sinfín de recursos: a cada rato agrega la letra de una canción, un fragmento de reportaje (siempre sumando el nombre del periodista que hace la entrevista, hay códigos que gusta mantener), alguna cita intelectual de autores como Pierre Bordieu o Albert Camus, por solo nombrar a algunos. No quiero dejar de remarcar dos temas espinosos dentro del rock, abordados de muy buena manera: las postura de los músicos de la época con la Guerra de Malvinas y los militares, y una gran pregunta que se hace el autor: ¿Por qué el rock argentino no tiene desaparecidos?
Para no sentir que el capricho es lo que mueve su discurso, Álvarez Núñez aporta -además de su vasto conocimiento del tema- gran cantidad de elementos a su relato. Esta es la propuesta, acompañar a GAN por este camino que nos quiere marcar. Un camino, su camino. El que, según él, hizo el rock argentino en este medio siglo de vida. Sean bienvenidos.
Éramos tan modernos
Gustavo Álvarez Núñez (1968)
La carretilla roja