Un día a GAN (siglas del poeta, periodista, crítico, editor,
músico y algo más que seguro me queda y no recuerdo Gustavo Alvarez Núñez) se le ocurre pasar unos días en las sierras con
sus padres. Se iba una temporada a vivir afuera del país y creyó que este tipo
de despedida era lo más indicado. Uno nunca sabe con los padres, y más cuando
te vas y ni tenés muy en claro cuando volvés.
Agarró el auto, cargó las maletas, cargó a sus padres y se
mandó. Le bastaron un par de horas para darse cuenta de que ese viaje iba a ser
difícil. Ellos seguían una lógica de convivencia y de relacionarse que no iban
a cambiar por más que no iban de vacaciones con su retoño hacía ya muchos años.
Y no había ninguna posibilidad de hacer lo que se hace cuando este tipo de
encuentros no da para más: irse. Le puso garra, pero la cosa cada vez era peor.
Así que al cuarto día no le quedó otra que encerrarse en una habitación (que no
tenía vista ni al lago que no había) y escupir todo lo que pensaba sobre ellos.
Allí nació este Tratado sobre los padres.
Más allá de la cualidades estilísticas o la temática tan
cercana a cualquier lector, es el valor de decirles a los padres todo lo que
uno piensa y siente por ellos, y luego mostrarles el resultado final lo que
hace diferente a este libro. Al punto tal que editó unos 50 ejemplares él mismo
para que ellos lo repartan entre los suyos. La edición comercial sale a fin de
año.
El libro va por dos lados distintos: por momentos habla
sobre cuestiones que se notan que hace largo rato las tenía guardadas, y por
otro encierra una ternura de niño bien peinado (no conocen la porra de GAN).
Hay versos que podríamos haber escrito nosotros acerca de los tantos conflictos
que genera la relación padres-hijos y otros que pertenecen a la esfera más
privada de los Alvarez Núñez. De hecho, la desnudez a la que somete a los
padres en algunos párrafos sorprende. Sorprende que los padres lo sigan
saludando después de esto, también.
Comienza con una certeza de Perogrullo que le sirve, y
mucho, para arrancar: Todos tenemos (o tuvimos) padres. Y termina con otra:
Alguna vez se van a morir. Nadie puede sentirse ajeno a estos versos.
El poeta de Florida
(nuestro barrio de Florida. La entrada anterior era sobre Fabián Casas,
el poeta de Boedo, ¿vuelve la antinomia
versión Siglo XXI?) se saca una espina importante. Ahora camina más cómodo, más
seguro, con algunas ideas más claras. Y no se va a arrepentir por no haberles
dicho lo que les tenía que decir antes de que el mal momento llegue.
Aquí va un simple botón de muestra.
Si quieren más, tendrán que esperar unos pocos meses.... (*)
Tratado sobre los padres
Gustavo Alvarez Núñez (1968)
Ediciones GAN
(*) Seis meses después agrego que ya no hay más que esperar. Si quieren, pueden pedir este libro en cualquier librería. Gracias a Melón Editora.
(*) Seis meses después agrego que ya no hay más que esperar. Si quieren, pueden pedir este libro en cualquier librería. Gracias a Melón Editora.
sos pulenta! gracias mon ami
ResponderEliminarquerría ser un escritor bueno para que lojo me escriba una reseña tan acertada.
ResponderEliminarno exagere joven!! pero gracias...
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