Me cuesta decirlo, pero el libro me pareció un poco flojo. Si
bien es entretenido, fácil de leer y uno se engancha muy rápido, como en casi
todos los libros de Haruki Murakami,
en un momento la trama se cae y no levanta más.
La temática y los clichés son los mismos que en sus libros
buenos: un hombre común con conflictos comunes, tratando de manejar su vacío
existencial, mucho comentario musical, alguna prostituta en el medio y ese
toque de magia y estado paralelo a nuestra realidad a que nos acostumbra este
autor que supo ganarse el respeto de la crítica y el favor de los lectores.
Pero acá se le notan “los hilos del
relato”, la receta está muy a la vista y los tiempos se le escapan un poco.
El final tampoco colabora para nada. Nobleza obliga, conocemos muchos libros
buenos de su pluma, y es por eso que uno es un poco más exigente con Haruki que
con otros.
Este libro es uno de los primeros del autor, de 1988 y se
nota. Es justo antes de explotar a la fama mundial y es la continuación de La caza del carnero salvaje, un libro
anterior a este que, para colmo, repite varios personajes importantes.
Nuestro personaje está en crisis, sin rumbo y con un trabajo
que no le cuesta ni le hace feliz: redactor feelance. Así que deja todo y se
pone a buscar a una chica que un día desapareció de su vida. Vuela a Sapporo y
allí arranca todo.
Es un tanto caótica pero con buenos personajes, con esa
facilidad impresionante que tiene el autor para meternos en la historia y en
esos ambientes mágicos pero con repeticiones que no suman. Es muy hábil e irónica
la manera en que define los años ochenta y el posmodernismo neoliberal. Están
muy bien retratados.
Si no leíste nada de Murakami, creo que sería bueno que empieces
por otra cosa. Sin ir más lejos, las obras que escribió antes y después de
Baila… son brillantes: Tokio Blues y Al sur de la frontera y al oeste del sol.
Hay otros libros muy buenos de los cuales ya escribí, por ejemplo De que hablo cuando hablo de correr (http://fernandolojo.blogspot.com.ar/2012/11/haruki-murakami-un-corredor-de-largo.html)
y otros tantos de los que no escribí pero sí voy a leer porque es un autor al
que estimo. Y mucho. Pero en este, la verdad es que hace agua.
Baila, baila, baila
Haruki Murakami (1949)
Tusquets
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