07 diciembre 2014

Eduardo Berti: Spinetta a lo largo de los años


Cuando me lo regalaron pensé que un libro de rock argentino no me iba a interesar. Pero por suerte, me equivoqué.
Mientras lo leía, aproveché y volví a escuchar la música de Luis Alberto Spinetta. Porque no me gustan todos Spinettas, hay unas épocas que no me terminan de gustar tanto. Y  gracias a este libro me di cuenta de que el Spinetta que me gusta, me gusta mucho. A todo volumen, con movimiento de cabeza y algunas frases tiradas al aire. Y eso, para mí, es la comunión que vale la pena. No voy a rellenar espacio hablando bien de Spinetta,  no tiene sentido. Por eso vamos al libro.

Spinetta. Crónica e iluminaciones es una nueva edición de un libro que salió a la venta en 1989. En realidad es una larguísima entrevista que va año a año y disco a disco de manera cronológica. Si bien a veces es un poco condescendiente, es una muy buena oportunidad para que el Flaco nos cuente su propia historia y su manera de ver aquellos años. Sin dudas, el gran valor del libro es que alguien tan poco propenso a hablar de sí mismo, aquí da rienda suelta a su pasado. Le faltan anécdotas y un poco de contexto, pero uno se da cuenta de que un muy joven Eduardo Berti (tenía 23 años y mucha ortodoxia encima) puso el foco en las letras de las canciones. Los que conocen a Spinetta saben que sus letras se caracterizan por ser muy intrincadas, difíciles de entender. Y lo bueno es que las explicaciones son tan complejas como las letras mismas. Que el poeta juega con sus poemas como con sus explicaciones. Una de sus mejores frases de la entrevista es: “Me siento poético, no un poeta”. Otra buena es su explicación por la separación de Almendra: “Si el grupo no estaba todo el día tocando e inventando arreglos de voces como los de la primera época, mis canciones o las de cualquiera no funcionaban.” Y cuando uno compara los primeros simples y el gran Almendra I con el segundo LP de la banda entiende todo.

Siguiendo con la importancia de las letras, Berti busca las influencias literarias de Spinetta. A lo largo de su extensa carrera (1968-2010) el músico pasó por varias épocas: en los primeros ’70 remarca a Antonin Artaud con dos joyitas: el invaluable Van Gogh o el suicidado por la sociedad y el perturbable Heliogábalo, el anarquista coronado. Recordemos que su primer disco solista que firmó bajo el nombre de Pescado Rabioso se llamó simplemente: Artaud. Unos años más adelante, las letras del disco Durazno sangrando se inspiraron en El secreto de la flor de oro, de Carl Jung y Ricard Wilhelm. Y para la época de Spinetta Jade incursionó con varios de los libros de Carlos Castaneda, cuya obra más conocida es Las enseñanzas de Don Juan. Aquí Spinetta acepta que la figura del aliado y el guerrero fueron influencias claras de Castaneda y que todo lo oculto, la fuerza interior, lo ancestral y la madre en años luz lo acompañó a lo largo de muchos años.

Es una pena que para esta reedición Berti haya escrito poco para el paréntesis que hay entre 1989 (fecha de la edición original) y 2010 (fecha de la despedida del Flaco con su público, con recital y disco que pasó a la historia con el nombre de Spinetta y las bandas eternas. Hermoso show que tuve la suerte de ver). Así y todo el libro se torna fundamental para los amantes de su música, más si tomamos en cuenta una serie de poemas/letras inéditos como cierre del libro. Otro punto a favor.

Si te gusta el Flaco, el libro te va a gustar. Sin lugar a dudas. Por algo es un éxito en ventas.

Spinetta. Crónica e iluminaciones
Eduardo Berti (1964)
Planeta