09 abril 2016

Antología de la poesía surrealista, de Aldo Pellegrini. Todos juntos y en una hermosa bolsa.



El libro estuvo en mi mesita de luz más de un año, quizás llegó a los dos.
Es una obra enorme; inacabable y por momentos, inabarcable. ¿O será al revés? Cada poema cuesta tiempo para entenderlo y leerlo. Para encontrarle la cadencia y el sentido. O el sinsentido. Cuesta también porque la traducción de los juegos de palabras son difíciles. Es en esos momentos donde se extraña el texto en su idioma original, cuando la versión en castellano funciona casi como diccionario. Ellos, que jugaban tanto con las palabras y las imágenes: Los Surrealistas.

La antología incluye a cerca de 70 poetas y cientos de poemas, desde 1922 a 1961 y todos de habla francesa. Es la reedición de un libro que marcó mucho a los que amaban la poesía y las letras en general en la segunda mitad del siglo pasado. Aldo Pellegrini, erudito y compilador, hace un soberbio trabajo ya que en este volumen encontramos textos inéditos, textos que fueron traducidos al castellano por él mismo y que solo aquí se pueden encontrar. Hay otro detalle importante: su fuente no solo son los libros, sino que rescata textos de revistas de aquella época (muchas de las cuales llegaron a editar un par de números nomás), revistas que serían prácticamente imposible conocer por nuestros propios medios. Así es como encontramos a los grandes escritores y conocidos exponentes del surrealismo como Breton, Eluard o Péret; a otros que son famosos pero no como escritores, tal el caso de Picasso o De Chirico y después hay nombres desconocidos, algunos de los cuales escriben cosas francamente hermosas. Muchos de ellos son los que Pellegrini define como Poetas de lenguaje surrealista, aquellos que estaban identificados pero se mantenían al margen del movimiento.

De esta manera, nos muestra un panorama muy variado y largo en el tiempo: casi 40 años que se produce poesía surrealista en la lengua francesa. Y como si fuera poco, al inicio del libro el propio Pellegrini hace un estudio donde analiza el movimiento, nos muestras sus técnicas e intenta clasificarlos. Enorme labor del poeta, casi tan impresionante como aquel famoso prólogo que hizo de la versión de Argonauta de Antonin Artaud y su Van Gogh, el suicidado por la sociedad. Grave paréntesis: acabo de ir a buscar el libro de Artaud a la biblioteca para releerlo y ver si agregaba algo pero no lo pude encontrar. ¡Otra vez se me pierde un libro que presté vaya a saber a quién! Cierre de paréntesis.



El libro termina con un par de Cadáveres exquisitos, esos originales ejercicios o juegos surrealistas donde una o más personas agregan palabras ignorando lo que escribieron los otros anteriormente.
El libro es inmenso en todas sus acepciones. Muy enriquecedor, lúdico, difícil y sirve para abrir las mentes chatas de este siglo que a veces olvida que hay otra forma de ver y hacer las cosas.

Antología de la poesía surrealista
Aldo Pellegrini, compilador (1903-1973)
Argonauta