11 marzo 2020

Ilustres raperos, de David Foster Wallace y Mark Costello. El rap explicado a los blancos




En 1989 explota todo. El rap se instala definitivamente en lo más alto de la música, en EEUU y en el mundo entero. Ya nadie puede frenar esa forma de frasear, ya nadie critica que se “tomen prestado” riffs, melodías o pedazos enteros de otras canciones, el hip hop deja de ser música de negros y para negros. Nunca más el nicho.
Ilustres raperos cuenta toda esta época porque se escribió en aquellos años. El libro es una reedición de Editorial Malpaso cuyo original salió en 1990, cuando dos chicos universitarios, blancos, vivieron toda esa explosión. Eso de estar en el momento y el lugar adecuado, aquí va perfecto.

Antes de que David Foster Wallace sea David Foster Wallace (famoso, exitoso, el más influyente e innovador de su tiempo, multiganador de premios y tantas loas más. Sin hablar de su suicidio que lo enalteció aún más), era un joven de veintipico de años que quiso continuar con sus estudios en la Universidad de Harvard. Es por eso que se muda a Boston con su viejo compañero Mark Costello a fines de la década del 80. Meses antes que publiquen su primer gran novela: La niña de pelo raro. Justo cuando todo estaba pasando en la incipiente movida del hip hop, cuando la ciudad se llenaba de MC’s - o raperos - que contaban sus verdades y desgracias.

El título del libro es el nombre de la canción de 1988, “Signifying rapper”, interpretada por Schoolly D, que tiene un riff robado (o sampleado, como gustan decir) a Led Zeppelin. Está basado en (o tomado de) un texto de la comunidad africana Yoruba y relata una sangrienta crónica de venganzas del gueto. Toda una definición: riff de otro, relato antiguo africano y a los tiros por el gueto negro. Va el link para que vean de qué se trata: https://www.youtube.com/watch?v=V-PxCWwu5kQ

Una buena definición social de este estilo musical es la que brinda el libro cuando definen el sampleado: nace de la necesidad. Los primeros raperos no tenían plata para comprar instrumentos, por eso usaban discos y casetes para hacer música con música de otros.

Pero lo bueno del libro es que excede lo musical. Hay una explicación concienzuda y muy política de las causas sociales que hacen que nazca esta música. Arranca por donde tiene que arrancar: los problemas de la educación. Las escuelas segregadas generaron una grieta que al día de hoy no se solucionó en el Gran País de las Oportunidades. La separación racial en las escuelas produce lo que ellos llaman “distanciamiento entre las razas”. Es muy difícil salir de la pobreza en esas condiciones; mala educación, menos oportunidades.

El hip hop es fruto de su época. Cientos de miles de jóvenes saben que no van a llegar a nada (no es baja autoestima, es una realidad que los aplasta) y ven al hip hop como una salvación. Es el rap, ser deportista o meterse en las bandas juveniles que trafican drogas, crack en aquella época. Los que llegan se llenan de oro y cadenas para mostrarse. El éxito es algo de lo que hay que jactarse. El hip hop no es para pasar desapercibido, es para gritarlo a los cuatro vientos. Como el “I’m black and I’m proud” de James Brown. Que todos lo sepan.

El libro también relata las salidas de estos dos jovencitos que viven la increíble manifestación cultural del género que, en términos menos sociológicos, significa que se metían en todo boliche o tugurio donde realmente sucedían cosas. El subtítulo del libro es “El rap explicado a los blancos” ya que en varias entrevistas que pidieron, los negros los miraban desconfiados. El rap por aquellas épocas -salvo algunas excepciones- era bien negro; todavía no era un fenómeno musical y cultural, pero faltaba realmente muy poco para que lo fuera. Lo que los autores veían era una oportunidad para los blancos de entender las penurias de la comunidad negra, siempre en actitud desafiante, una realidad que siempre parecía estar a punto de hacer implosión o explosión, según el caso. Un gran ejemplo fue el video Fight the power que dirigió Spike Lee, una canción de los Public Enemy que recreaba la marcha multitudinaria de 1963 hecha por Martin Luther King. Allí se visibilizó un problema de millones. Y eso era lo que quería esta nueva generación. Salir de los estereotipos del negro ladrón, y ponerse del lado de los que iban a pelear: Fight the power. Vale la pena recordarlo: https://www.youtube.com/watch?v=p6zIumB81eU


El libro se puede maridar con una serie de Netflix llamada “Hip Hop Evolution” que cuenta la historia del rap en 16 capítulos. Es muy buena. Ver el tráiler de la temporada1, que trata esta época: https://www.netflix.com/ar/title/80141782.
Eso y escuchar cada una de las bandas que el libro propone. Un viaje musical y social por el que nos llevan estos dos blancos, en un mundo de negros, que nadie imaginó que iba a llegar hasta donde llegó. El hip hop hoy es maisntream, los raperos son estrellas indiscutidas del firmamento musical. Pero hubo una época que no era así, que nadie tenía bien en claro lo que estaban haciendo ni cuáles eran los límites de este género. De eso se trata el libro.


Ilustres raperos
David Foster Wallace – Mark Costello
Malpaso