05 marzo 2018

Maus, de Art Spiegelman. El comic como un arte superior


La historia es tan humana que la protagonizan animales. Transcurre durante la Segunda Guerra Mundial en la Polonia ocupada. Los judíos son ratones, los nazis-alemanes son gatos, los polacos unos cerdos (está claro el lugar que ocupan) y los aliados, perros. La miseria, el hambre, la falta de valores, el miedo y la supervivencia a cualquier costo hace que el hombre se transforme en un animal. Y así, el circulo queda cerrado. Porque el hombre, aunque a veces no lo quiera asumir, es un animal más en el mundo.

El libro salta a la fama en 1992, cuando gana el Premio Pulitzer. En su época fue una novedad que cambió el comic para siempre. Los que escriben en los diarios y saben, dicen que el género de la novela gráfica nació con este libro. Que mezcla ficción narrativa, biografía, historia reciente y literatura del yo.


Son varios los aciertos de Art Spiegelman para que Maus sea casi de lectura obligatoria para los amantes del comic. Arranca con una idea conocida, contundente pero poco abordada en el género: la historia de su padre, un judío polaco que sobrevive a los campos de exterminio de los nazis. Ya de entrada se sale de los cánones, porque nadie se había atrevido a contar esa historia a través de “dibujitos con globitos llenos de palabras”. El relato es crudo, descarnado, y se lleva adelante a través del recuerdo. Spiegelman se junta con su padre y le pide que le cuente su historia: vemos al viejo en su lugar actual, con sus problemas actuales y es el hijo el que pide que reviva el sufrimiento, la persecución y muerte de tantos seres queridos. Entonces, en paralelo conocemos el presente y el pasado. Así, el dibujante nos va llevando del doloroso pasado al triste presente. Porque su padre sigue siendo muy tacaño, ya que el no tener para comer lo hizo un prototipo del judío amarrete, pero es duro con él porque cuando se cruza con otros sobrevivientes se da cuenta que no todos cuentan los centavos. La historia personal de la familia Spiegelman cruza el argumento central: la madre del autor se suicida y su hijo busca desesperadamente una respuesta: ¿por qué se mata décadas después de sufrir Auschwitz? La búsqueda de diario íntimo de ella se vuelve vital para la historia; el padre manipula al hijo con su enfermedad y vejez desde la culpa, ese gran componente judeo-cristiano que maneja las relaciones familiares y las religiones; la nueva esposa del padre sufre humillaciones por parte de su pareja por derrochar lo que tanto costó conseguir. También vivimos las tribulaciones del artista, quien se ve apabullado por el suceso de la primera parte del libro. Se dibuja a sí mismo en la cima del éxito, sobre una montaña de cadáveres humanos.




Originalmente, Maus nace como un comic alternativo que se publica en capítulos en la revista Raw (de Spiegelman y su mujer, Fraçoise Mouly) desde 1980 hasta 1991. La primera parte se publicó en 1986 con el título Mi padre sangra historia y la segunda parte es de 1991 con el nombre Y aquí comenzaron mis problemas. Todo eso se editaría luego en un único libro que sería el ganador del Pulitzer, transformándose así en un hito mundial que se traduciría a 15 idiomas.
Spiegelman escribe bien y dibuja mejor. Hay detalles que elevan su trabajo y sorprende el paso por el dolor y el amor, de la muerte a la supervivencia, del olvido al perdón, del presente al pasado, de lo particular a lo general.
Una obra que merece respeto porque abrió el camino a una forma distinta de contar historias.

Maus
Art Spiegelman (1948)
Reservoir Books