20 marzo 2012

El maldito está de moda. Novelas y cuentos I y II, de Osvaldo Lamborghini.


Lamborghini está de moda, y eso es bueno.
Para aquellos que sólo sabíamos de un relato algo lejano y ya mítico llamado El fiord, para quienes creíamos que Lamborghini era nada más que Leónidas nos es grato ver que algunas modas no son negativas. Que Osvaldo Lamborghini ahora esté en boca de muchos es bueno, porque nos acerca a una literatura bisagra, contundente, que antes era difícil de conseguir. Y eso merece ser festejado.

Por ahora estuve con los dos primeros volúmenes de sus “obras completas” (me falta Tadeys y Poemas 1969-1985). La importancia de la palabrita “completas” es que la gran mayoría de la obra de Lamborghini no fue publicada en vida. El fiord, Sebregondi retrocede y Poemas fueron sus obras publicadas; pero ahora hay mucho más.

El primer volumen es imbatible, nos muestra al mejor Lamborghini, el que juega con los géneros (¿cuentos? ¿poesía? ¿todo junto?); el que está relacionado con su vida cotidiana, con la política; el que habla de Perón, Maradona o Menguele; el que discurre entre Kafka, Bataille y José Hernández; el que puede ser tan repulsivo como tierno; el que se mueve entre la parodia y su violencia; el que llorisquea pero manipula la diferencia entre el que escribe y el que publica. Un tipo único, un maldito.

Dicen que cuando Marechal leyó El fiord, lo definió como “perfecto. Una esfera. Lástima que sea una esfera de mierda”. Si fue cierto o no, poco importa. La leyenda ya estaba signada. Y con El niño proletario terminó de patear el tablero. Los de la época decían que era demasiado; como que no lo podían digerir.

El segundo volumen está mucho más relacionado con los relatos aunque siempre mantiene esa noción de subvertir su propio relato. Arranca con la historia de un gordo culón (Nal, para los amigos. Nal de nalga, obvio) que pasa por una situación bien increíble y bien argentina que nace de un empleado un tanto mamado que le dice a otro: “Hermano: te quiero tanto que te chuparía la pija si fuera puto, y vos sabés que yo no soy puto”. A partir de ahí, todo se desmadra. Pero lo mejor viene cuando el relato nos cuenta el pasado de nuestro Nal y Lamborghini cambia tanto su historia, que ya no puede volver a ser el mismo del inicio; terminan siendo dos tipos distintos. Uno era padre de familia y el otro acabó siendo un puto de aquellos. El mismo tipo, dos tipos. Genial! El cuento se llama La causa justa.

Y después vienen los Fragmentos. Pequeños retazos de relato, que a veces no tienen final, que a veces tienen paréntesis y puntos suspensivos (se perdieron algunas hojas) y que otras apenas se entienden pero que sorprenden y cautivan; esas dos cosas que todos los lectores agradecemos, buscamos y apostamos a la hora de regalarle nuestro tiempo al libro y su autor.

Siempre todo tiene un tinte homosexual. Sus personajes en algún momento van a tener un momento para una pormenorizada relación gay. Es ahí donde el relato se pone ágil y los términos guarros. “La homosexualidad mueve a las estrellas y al sol” dice uno de los personajes y Lamborghini cree en ello a rajatabla.

Punto aparte se merece César Aira, el incansable. Escritor más que prolífico, traductor y también compilador de estos volúmenes. Desde este humilde lugar, le agradezco la oportunidad de conocer a este gran escritor. También hay una biografía de la que todos hablan muy bien escrita por Ricardo Strafacce. La figura de Osvaldo Lamborghini crece y todos los que gozamos con la literatura debemos estar de festejos. Salud a todos!

Novelas y cuentos completos I y II
Osvaldo Lamborghini (1940-1985)
Mondadori

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