26 abril 2020

Plano americano, de Leila Guerriero. La excelencia y el periodismo de papel.


Leila Guerriero es una de esas periodistas de las que ya quedan pocas. Se especializó en hacer entrevistas a referentes de la cultura de toda Latinoamérica a la vieja usanza: largas, concienzudas, con una investigación detrás y buscando el detalle que define al personaje. En una época, se lo llamó Nuevo Periodismo, y se popularizó en las revistas y diarios del fin de semana. De cuando la gente leía los diarios en papel, cuando te quedaba tinta negra en los dedos.

Leila Guerriero hace años que publica libros basados en sus investigaciones. Sus textos relacionados con la cultura son varios: en Frutos extraños (2009) mezcla entrevistas con crónicas y perfiles, en Los malditos (2011) ella es la que compila textos de otros sobre artistas que no tuvieron éxito pero que el tiempo supo recuperar (aunque no a todos). Escribió también sobre el pianista Bruno Gelber, mujeres que lo dieron todo (Extremas, 2019), y también supo moverse en otros temas como la crisis energética (Voltios, 2107) o el Equipo Argentino de Antropología Forense, cuya crónica le valió el Premio 2010 de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano. Investigar y escribir es una fórmula que a Leila Guerriero le resulta de manera probada.

En nuestro libro en cuestión, la periodista bucea por la vida de artistas de todo tipo: Nicanor Parra (uno de los mis preferidos), Fogwill, Kuitca, Sara Facio, Fabián Casas, Minujín, Piglia, entre tantos otros. A todos estos popes de la cultura los somete a varios encuentros (es una decisión de la autora relatar sobre la cantidad de veces que visita a sus entrevistados, con el incordio que esto genera en algunos) y ahí es donde uno aprende leyendo a Guerriero. Porque tiene un oficio estupendo, pero demuestra también que la observación hace al entrevistado. No solo las palabras, las preguntas o la propia investigación. El adorno del living, las extravagancias que se repiten (lo que antes se llamaba manías, y hoy tocs), la ropa que usa, la mirada, los gustos o la intimidad de la casa. De su mano entramos a ese pequeño mundo privado y uno actúa casi como un fan, reconociendo en ellos algunas cosas que se podía imaginar y sorprendiéndose de otras que nunca hubiera pensado.
Pero también funciona para mostrarnos otros artistas que podríamos conocer de nombre, pero nunca tuvimos oportunidad de saber de ellos en profundidad o nombres que leemos por primera vez. La vastedad del arte funciona como excusa para nuestra falta de cultura. Por eso nos puede introducir a Homero Alsina Thevenet, Herníquez Ureña, Marcial Berro, Pablo Ramírez o Aurora Venturini. Todos ellos tienen una historia hermosa que contar -por algo ella los entrevista-, abriendo una ventana a otras épocas, a distintas maneras de vivir el arte o la cultura o al deleite de la trascendencia. Guerriero los rescata y nos los muestra, para ubicarlos en el lugar que tienen que estar. Si ella te hace una entrevista de varias páginas, por algo será.

Y luego viene la distribución. Guerriero como agente de la cultura popular y masiva sabe que es tan importante contar bien una historia como lograr la distribución de sus textos. Medios gráficos (diarios de fin de semana y revistas) de todo América Latina reciben las entrevistas que aquí se compilan: suplemento cultural Babelia del diario El País de España, revista El malpensante de Colombia, diario El País de Uruguay, revista Vanity Fair de España, suplemento ADN del diario La Nación de Argentina, revista Paula de Chile, diario Perfil de Argentina, revista Sábado del diario El Mercurio de Chile, revista SoHo de Colombia, revista El domingo del diario El Universal de México, y muchos otros. Varios de estos textos fueron publicados, inclusive, en dos medios distintos.
Todos anteriores a la fecha de esta publicación: 2013. Cuando había tantos diarios y revistas para publicar y leer. Épocas que ya se añoran.

Pero el libro deja lo mejor para el final. El anteúltimo texto es sobre Roberto Arlt y es de una excelencia periodística que debería ser parte de algún texto de periodismo de investigación. Casi 80 páginas (cuando el promedio del resto es de 10/15 páginas), inéditas y con un sinfín de recursos. Guerriero da cátedra de cómo se hace periodismo: hay entrevistas personales, textos de otros hablando de Arlt, entrevistas hechas a Arlt, citas de distintos libros del autor, un pormenorizado relato de cómo buscó al hijo, lo encontró y este se negó a darle una nota, la historia de vida, el análisis de sus textos (hechos por ella y por otros), y muchos detalles que nutren la vida de uno de los grandes autores de las letras argentinas. Porque Arlt fue un personaje, y Guerriero se encarga de demostrarlo y de mostrarnos también la persona que hubo detrás. Un lujo del periodismo, y perdón por tanta zalamería.

La Editorial de la Universidad Diego Portales sigue presentándonos lo mejor de las letras de América Latina. Los lectores, agradecidos.


Leila Guerriero (1967)
Plano americano
Ediciones Universidad Diego Portales