10 diciembre 2018

Osvaldo Lamborghini Poemas 1969 – 1985




Toda rima ofende



Lamborghini escupe sus versos. Así, los saca de bien adentro y los lanza al vacío. Casi con desdén. Sin importar hacia dónde van ni quién los va a leer.
No se preocupa por el lector, es un proceso propio que empieza y termina en sí mismo. De hecho, es muy difícil de leer. Exigente. Hay que estar atento. A veces es un juego de palabras, otras una humorada o puede ser un principio inquebrantable. Todo junto, sin diferenciarse. Sin huellas ni indicios. Se lanza solo y te deja solo. Uno es quien tiene que definirlo.
Lamborghini escribe un único poema. Gigante, sin forma, sin principio ni fin. No hay rima, no hay lógica. Pero sí, arbitrio. Palabras lanzadas que se encuentran una y otra vez. Sus fobias, sus miedos, sus muertes, sus perversiones. El falo, el culo, el milico y el camisón con flores. La barba, la vulva y su continua obsesión.

“Repito en efecto la misma técnica, siempre,
Jamás me canso”

Todos los poemas en un libro, es casi como toda una vida en unos poemas. Más de 500 páginas de una vida, todas juntas. Tardé varios meses en leerlo, porque las palabras sueltas que forman poesía necesitan tiempo para asimilarlas. ¿Cuántos poemas puede uno leer seguidos? Me pasa que necesito tiempo entre uno y otro, releerlo, re entenderlo y volverlo a leer. El mismo proceso del que escribe; la prosa va de corrido, pero la poesía es pausada, es una búsqueda, un nuevo sentido de las palabras. Un sentir.

Poemas 1969-1985. Desde el primero que escribió hasta el último, justo antes de morir.  Lejos, en Barcelona. Tirado en la cama hace muchos años, en ese cuarto que replicó en tantos momentos del libro. En tantos momentos de su poesía.

Cesar Aira estuvo a cargo de esta edición. En las notas finales dice que reunió “sin seleccionar, todos lo que encontramos entre sus papeles que tuviera forma de poesía”. Oficialmente, solo hubo un libro de poesías que se llamaba justamente “Poesías” y algunas otras que fueron publicadas en revistas. Nada escrito en su niñez (salvo uno que abre el libro), ni en su juventud. De hecho, en este volumen queda claro que pasaban años sin que escribiera poemas.
Aira aclara: “No todo este material es rigurosamente inédito. Una forma de publicación privada que usó Lamborghini fue la de dactilografiar poemas y darlos a leer, o regalarlos a sus dedicatarios. Los manuscritos, en cuadernos, agendas, hojas sueltas, muestran todos los estadios desde la anotación casual de unos pocos versos hasta el poema largo, o serie de poemas, de desarrollo muy elaborado (aunque siempre hay un aire de “borrador definitivo” en toda su poesía). En las notas señalamos las condiciones en que hallamos cada uno, pero los publicamos todos”. Hay originales, copias mecanografiadas, cartas, pedazos de papel, revistas de poesías donde publicó, grabaciones, texto con agregados que nosotros podemos leer con distinta tipografía, y hasta una libretita que el autor mantuvo hasta su muerte. Todo, como dijo Aira. Hablar del inmenso aporte de Aira en la cultura es casi una obviedad, ¿no? Pero agradecerle, es una obligación.

Uno de los juegos de Lamborghini consiste en dividir palabras para que, por separado, logren sentido. A veces las parte, a veces mutan, otras las mutila. Y así logra darles otro sentido. Un juego propio, muy distinto.
Después de un buen número de páginas, te das cuenta que intentar entender todos los poemas es un error. Que el significado pasa por otro lado; que el autor se despoja de esa obligación. Que ya pasa a ser tema del lector.




No soy inválido.
Digamos, aquejado.
Ha quejado
En esta cama ya no queda espacio.
Se fue llenando de libros,
Papeles manuscritos
            dibujos
            fotografías

Digamos: no queda espacio para otro
No queda (espacio)
para otro


Poemas 1969-1985
Osvaldo Lamborghini (1940-1985)
Mondadori


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