08 febrero 2013

Leónidas Lamborghini. Odiseo confinado. Poesía de mucha altura

 
¡Por un arte arteramente artero!
¡Asimilar la distorsión y devolverla multiplicada!


Es el primer libro de Leónidas Lamborghini que leo y estoy feliz. Nada más lindo que la poesía que (a uno le) gusta. Con una propuesta muy atípica: un personaje que navega por una revista cultural a bordo de un bolígrafo con su capuchón, y otros poemas que nada y todo tienen que ver con esta odisea, Lamborghini demuestra por qué siempre se definió como un apostador más que un poeta, combinando distintas formas y estilos y apeándose un poco al costado de todo. Muy particular. Muy bueno.
El libro se edita en 1992, luego de 23 años de exilio en México. Tiene mucha parodia, mucho humor y muchos guiños de gran altura: hay que enterarse de qué va la ópera Turandot de Puccini para pescar algo de lo que dice uno de sus personajes, hay que saber qué es un palimpsesto y un par de detalles que hacen que uno tenga que leer, buscar, entender y volver a leer. ¡Un exigente Don Leónidas!
El propio Lamborghini no sabía bien si lo que escribía era poesía o prosa poética. Ahí es, quizás, donde comparte más cosas con su hermano Osvaldo. El estilo por momentos es similar, como también el uso/juego de las palabras, el lunfardo, la repetición como fórmula y el compartir con el lector la propia búsqueda de “lo que se quiere decir”. El punto es que para Leónidas ése es un recurso entre otros tantos.
Perplejo te deja la Oda al consumismo, donde habla de los saqueos como “un épica cuyos héroes, héroes del hambre eran”. ¿Estará hablando de los saqueos en Argentina de 1989? Genial es la historia de amor que transcurre en una isla desierta hecha en Cartoon (cuadrito a cuadrito) entre una mujer y un pájaro partero, con engendro incluido. Y muy tierna la reivindicación de la vejez y la piedad de Hijos mateando en la cocina. Ahora, el final alegórico es increíble. La hoja en blanco, donde la creación hace al poeta y el Poeta se siente un Creador (con mayúsculas). Y luego, la odisea termina en un estruendoso fracaso…. Las palabras de Lamborghini están tan bien elegidas que uno se hace a la idea de esa Creación. Y todo fue hecho tan sólo con un bolígrafo y un capuchón. Pero no resultó.
Reivindicador de la búsqueda y la exigencia, Lamborghini es un gran poeta que habla más que nada de la Poesía (otra vez con mayúsculas). Por algo ganó el Premio Boris Vian con este libro y por algo tardaron tanto en aceptarlo. ¡¡A leerlo con gusto!!

Odiseo confinado
Leónidas Lamborghini (1927-2009)
Adriana Hidalgo