19 enero 2017

Don Camaleón, de Curzio Malaparte


Escribir una sátira de Mussolini en tiempos de Mussolini podemos decir que es, para empezar, muy osado. O inconsciente, o suicida. Así arranca el prólogo de este libro; con una larga diatriba del autor escrita después de la guerra sobre el valor de haberse quedado en el país y animarse a escribir sobre política con el desenfado con que Curzio Malaparte lo hizo.

La historia está narrada en primera persona por el autor, quien una tarde de cabalgata con pensamientos erráticos se cruza con Benito Mussolini y, mientras discurren sobre temas filosóficos y políticos, aparece en el bosque un camaleón. Ante el susto del escritor, Mussolini lo apacigua hablando de las bondades del animal y redobla la apuesta pidiéndole que lo eduque, que le enseñe a ser humano, a hablar: “cuando le haya enseñado a ganarse la fama de humano, nadie lo tomará por lo que es, sino por lo que quiera ser”, le dice el líder fascista. Y así comienza una historia de aprendizaje (Malaparte aprovecha para hacer gala de su sabiduría de historia y filosofía: Voltaire, Plutarco, La Bruyère, entre tantos otros), de inicios en la política (aquí es donde su ironía se afila, aunque muchas veces quedamos afuera ya que se refiere a personajes muy de la época) hasta que llega al Congreso de la Nación y a las altas esferas del poder.
La elección del bicho no es casual: el camaleón, como el político cambia de color según la ocasión (ya lo decía la vieja canción) y juega mucho con esa otra acepción del “animal político” y, porqué no del “político animal”
La pluma de Malaparte es muy sutil y tira frases muy buenas al pasar. Aprovecha para mofarse de todo lo religioso (con los jesuitas es particularmente duro y peor aún con el Papa Pío XI, que desprende “olor a pétalos mustios y carne podrida”)

El libro fue originalmente publicado en 1928 por entregas en dos periódicos de la época. Pero nunca pudieron terminarlo, fue interrumpida por el propio Duce. Uno de los diarios tuvo que cerrar y el autor quedó fuera del sistema: los costos de hablar de tiranía en la cara de Mussolini. Malaparte comenzó apoyando al líder de los camisas negras en su entrada triunfal a Roma, pero las críticas a él y otros líderes como Hitler hicieron que, primero, comience a alejarse del régimen para terminar en la cárcel en reiteradas oportunidades. La mala suerte era una de sus jactancias. De hecho, Malaparte no era su apellido; lo toma como contrapartida de Napoleón, que era Buonaparte. Para reforzarlo, este libro cuenta la historia del camaleón que también tuvo el corso. Finales parecidos tuvieron los bichos en la ficción. Y finales/fracasos similares tuvieron los líderes en la historia real.

Me fui por las ramas. El libro es original, muy entretenido y un tanto ingenuo -como buena sátira- pero muy agudo y valiente. Pulgar arriba, sin dudas.

Don camaleón
Curzio Malaparte (1898-1957)
Tusquets Editores

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